En la vida diaria, tanto las personas como las empresas pueden enfrentarse a situaciones donde sus acciones o las de terceros generan daños a otros. En muchos casos, la responsabilidad recae directamente en quien causa el perjuicio, pero no siempre es tan simple. Existen escenarios legales donde la responsabilidad puede trasladarse a otra parte y dar lugar a mecanismos para proteger a las víctimas y garantizar la reparación del daño. En este contexto, desde Ambler analizamos un concepto fundamental dentro del derecho y los seguros: la responsabilidad civil subsidiaria.
Sin más, veamos qué es la responsabilidad civil subsidiaria, cómo se diferencia de otras formas de responsabilidad, en qué casos se aplica, y por qué es crucial tener una póliza adecuada que contemple esta cobertura.
¿Qué es la responsabilidad civil subsidiaria?
Se entiende por responsabilidad civil subsidiaria aquella figura legal que permite que un tercero asuma la obligación de responder por daños ocasionados por otra persona cuando esta no está en condiciones de hacerlo. Se trata, por tanto, de una responsabilidad secundaria: el afectado debe intentar primero que el causante directo repare el daño, y solo en caso de no ser posible, puede acudir contra el responsable subsidiario.
Este tipo de responsabilidad se basa en principios de equidad y garantía de resarcimiento. Su finalidad es proteger a la víctima al asegurar que alguien asuma la carga de la reparación cuando el causante no puede hacerlo.
Por ejemplo, un menor de edad que comete un acto vandálico y genera un perjuicio económico a un comercio. Si no puede responder por sí mismo, los padres o tutores legales podrían ser considerados responsables civiles subsidiarios, según lo que establezca la normativa aplicable.
En el ámbito empresarial, es frecuente que se reclame responsabilidad subsidiaria a empresas matrices por actos de sus filiales, o a contratistas principales por actuaciones de sus subcontratistas.
¿Cuál es la diferencia entre la responsabilidad civil directa y la subsidiaria?
Para comprender con claridad el funcionamiento de esta figura, es necesario compararla con la responsabilidad civil directa. La distinción entre ambas es esencial a nivel jurídico y asegurador.
La responsabilidad civil directa se atribuye a la persona o entidad que ha causado el daño, ya sea por acción u omisión. Es la figura central en cualquier reclamación, y es el primer objetivo del perjudicado.
Por su parte, la responsabilidad civil subsidiaria se presenta como una red de seguridad legal: no se aplica de forma automática, sino que depende de que el responsable principal no pueda o no quiera responder.
Otra diferencia clave radica en la carga de la prueba. Para exigir responsabilidad directa, basta con demostrar el nexo causal entre la conducta del autor y el daño producido. En cambio, para reclamar una responsabilidad subsidiaria, se requiere acreditar la imposibilidad de exigir la reparación al responsable directo, así como la relación jurídica entre este y el subsidiario.
En muchos procedimientos judiciales, el juez puede declarar la responsabilidad subsidiaria solo después de que se haya agotado la vía contra el directo, o de forma paralela pero condicionada a la falta de cumplimiento por parte de este.
¿Dónde se regula la responsabilidad civil subsidiaria?
La responsabilidad civil subsidiaria está contemplada en varias normativas del ordenamiento jurídico español. Se trata de un conjunto de disposiciones que se aplican según el contexto:
Código Civil
En los artículos 1902 y siguientes, se sientan las bases generales de la responsabilidad civil, y se permite la existencia de responsables indirectos en ciertos supuestos.
Código Penal
El artículo 120 establece expresamente los supuestos de responsabilidad civil subsidiaria por hechos delictivos. Por ejemplo, los padres responden subsidiariamente por los delitos cometidos por sus hijos menores de edad no emancipados; las compañías, por delitos cometidos por sus empleados en el ejercicio de sus funciones, salvo que demuestren que actuaron con toda diligencia.
Ley de Enjuiciamiento Civil
Permite dirigir la ejecución de una sentencia contra el responsable subsidiario cuando el condenado principal no cumple con su obligación.
Ley de Contrato de Seguro (Ley 50/1980)
Aunque no define la responsabilidad subsidiaria, establece las condiciones generales de cobertura de daños a terceros y el deber de las aseguradoras de cubrir los riesgos asumidos por contrato, lo que puede incluir cláusulas de cobertura subsidiaria.
Normativa sectorial
En sectores como la construcción, el transporte o la educación, existen disposiciones específicas que determinan cuándo y cómo puede atribuirse esta responsabilidad a promotores, contratistas principales, centros educativos o empresas logísticas.
¿Cuándo se aplica la responsabilidad civil subsidiaria?
La aplicación de esta figura se da en distintos ámbitos, y su aparición suele coincidir con estructuras de responsabilidad complejas, relaciones laborales o de dependencia, o entornos de supervisión inadecuada. A continuación, describimos algunas de las situaciones más habituales:
Relación laboral y empresarial
Los empresarios pueden ser declarados responsables subsidiarios por actos u omisiones de sus empleados, sobre todo si no se ha ejercido un control suficiente sobre su actividad. Es común en casos de accidentes laborales, negligencias, o cuando un empleado causa daños a un tercero en el ejercicio de sus funciones.
Un ejemplo habitual se da en el transporte de mercancías: si un conductor de una empresa causa un accidente grave y no cuenta con recursos para indemnizar a la víctima, se puede exigir la responsabilidad civil a la empresa que lo contrató, si se demuestra su vínculo laboral o mercantil.
Subcontratación y construcción
En la construcción, es frecuente que empresas contraten a otras para ejecutar determinadas partes del proyecto. Si una subcontrata comete una negligencia que genera daños, y no responde ante la víctima, el contratista principal puede ser considerado subsidiariamente responsable.
También se da esta figura en contratos de mantenimiento de instalaciones, seguridad privada, limpieza industrial, etc. Cuando el servicio se externaliza, pero se mantiene la supervisión general, puede haber responsabilidad subsidiaria del contratante.
Ámbito educativo y familiar
Los centros escolares pueden ser responsables subsidiarios de daños causados por alumnos, en casos donde se demuestra que no se aplicaron correctamente los protocolos de vigilancia o seguridad.
Igualmente, los progenitores o tutores legales responden subsidiariamente por los actos ilícitos de los menores a su cargo, lo cual se aplica incluso en casos penales, cuando un menor de 14 años (no imputable penalmente) causa un daño.
Ámbito penal
Además de los supuestos mencionados, el Código Penal recoge situaciones donde personas jurídicas o instituciones pueden responder subsidiariamente por los delitos cometidos por quienes actúan bajo su supervisión, como administradores, empleados o subordinados.
En este sentido, el principio de “debido control” es clave: si se prueba que la compañía no aplicó medidas de prevención, protocolos internos o controles efectivos, puede verse obligada a reparar los daños causados por un delito cometido por uno de sus miembros.
Implicaciones para la contratación de seguros
Desde la perspectiva de la gestión de riesgos, la existencia de responsabilidad subsidiaria obliga a revisar cuidadosamente las pólizas contratadas. Muchas empresas asumen que con una póliza de responsabilidad civil general están cubiertas ante cualquier situación, pero eso no siempre es cierto.
Limitaciones y exclusiones comunes
Algunas aseguradoras excluyen explícitamente los supuestos de responsabilidad subsidiaria, o los condicionan a que exista una resolución judicial firme. Otras solo cubren este tipo de reclamaciones si se han declarado en el marco de una relación laboral formal. Es fundamental, por tanto, revisar si la póliza contempla explícitamente la cobertura de responsabilidad subsidiaria, si incluye los gastos de defensa jurídica en este tipo de procedimientos, si abarca los daños causados por subcontratistas o colaboradores externos y si cubre la actuación de empleados fuera del centro de trabajo o fuera del horario laboral.
La importancia de contar con una correduría especializada
En Ambler trabajamos con aseguradoras líderes en el mercado español y conocemos en profundidad cómo estructurar pólizas adaptadas a las realidades de cada cliente. Nuestro trabajo se basa en tres pilares:
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La prevención no es opcional
No podemos considerar a la responsabilidad civil subsidiaria como una excepción, sino que debemos contemplarla como una realidad habitual en ciertos entornos como el empresarial, el educativo o el familiar. Su aplicación puede tener un impacto económico y reputacional importante si no se cuenta con una cobertura adecuada.
Desde Ambler, te ayudamos a entender este tipo de riesgos y a construir soluciones a medida, que protejan tu actividad y tu patrimonio. Si tienes dudas sobre tu actual póliza de responsabilidad civil, o deseas asesoramiento personalizado, contacta con nuestro equipo.
Tu tranquilidad comienza con una protección adecuada.