Imagina que has tenido un accidente de coche. Tu coche quedó destrozado y necesitas repararlo. Además, te has visto obligado a pagar un taxi para ir a trabajar mientras esperas que te lo arreglen. ¿A quién puedes pedir que te pague por estos gastos? La respuesta está en el daño emergente.
Este concepto legal hace referencia a las pérdidas económicas reales y demostrables que sufres como consecuencia de un hecho dañoso, como un accidente o un incumplimiento de contrato. Desde Ambler, sabemos que entender por completo este concepto es crucial para tener un asesoramiento legal adecuado. Por ello, te contamos las claves para que puedas enfrentar esta situación.
Definición y naturaleza del daño emergente
Según el artículo 1101 del Código Civil español, el daño emergente se define como la pérdida o deterioro de bienes o derechos que forman parte del patrimonio de una persona como resultado directo de un evento dañino. Es decir, es el daño real y verificable que sufre una persona o entidad como consecuencia de un hecho específico, ya sea por incumplimiento contractual, acción negligente, o cualquier otra causa ilícita.
Existen dos tipos de daño emergente, el actual y el futuro. Cabe destacar que ambos deben ser debidamente demostrados y cuantificados con pruebas en un proceso judicial o de reclamación extrajudicial. Para hacerlo, se pueden incluir informes médicos, facturas de gastos médicos, evaluaciones periciales económicas, entre otros documentos que respalden la magnitud y la continuidad del perjuicio sufrido. ¿Cuáles son las características de cada tipo de daño?
Daño emergente actual
Su característica principal es que es inmediato y tangible, y se manifiesta de manera directa y evidente tras el evento perjudicial. ¿Qué tipos de daños incluye?
Gastos médicos y de rehabilitación
Son los desembolsos necesarios para tratar las lesiones físicas sufridas como consecuencia del evento dañino, tales como consultas médicas de urgencia, intervenciones quirúrgicas o terapias de rehabilitación.
Reparación o reposición de bienes dañado
En este punto se incluyen los costes asociados con la reparación o reposición de bienes materiales que han sufrido daños directos. Si se produjo un accidente de tráfico, los gastos de reparación del vehículo quedan contemplados en este punto.
Pérdida de ingresos inmediata
Una persona puede sufrir incapacidad temporal como consecuencia de un evento dañino. Como consecuencia, la persona puede verse afectada para continuar con su trabajo habitual. Entonces, los ingresos perdidos durante este período pueden considerarse como daño emergente actual.
Daño emergente futuro
Este tipo de daño se refiere a las consecuencias continuas y prolongadas en el tiempo que resultan del evento dañino inicial:
Costes de tratamiento médico
Muchas lesiones pueden requerir un tratamiento médico prolongado o intervenciones quirúrgicas adicionales, lo cual continuará generando gastos en el futuro.
Pérdida de ingresos a largo plazo
En algunas situaciones el evento dañino puede ocasionar una incapacidad permanente en el individuo que afecta su capacidad para trabajar y generar ingresos a largo plazo. Entonces, estos ingresos perdidos forman parte del daño emergente futuro.
Gastos adicionales continuos
Algunos eventos dañinos, como accidentes graves, pueden dejar secuelas permanentes. Por eso, se contemplan los gastos tales como adaptaciones de vivienda o vehículo para hacerlos accesibles y adaptadas a las nuevas necesidades de movilidad de la persona.
¿Cuándo procede reclamar por daño emergente?
Para que proceda la reclamación por daño emergente en el marco legal español, es fundamental cumplir con ciertos requisitos y condiciones que establecen las bases para la compensación. Los siguientes puntos son esenciales para garantizar una reclamación:
Existencia de un hecho causante del daño
Para que exista el daño emergente, este debe surgir como consecuencia directa de un hecho específico y determinado. Este hecho puede variar en su naturaleza, e incluir situaciones como accidentes de tráfico, incumplimientos contractuales, actos de negligencia, responsabilidad civil, entre otros eventos ilícitos o eventos que generen responsabilidad. La existencia de este hecho es la base para iniciar una reclamación.
Nexo causal
Con este punto nos referimos a que es esencial establecer de manera clara y objetiva que existe una conexión directa entre el evento que causó el daño y el perjuicio sufrido por la persona afectada. Debe probarse la conexión mediante evidencias sólidas y verificables, tales como informes periciales, testimonios de testigos presenciales, documentos médicos que indiquen las lesiones sufridas, informes técnicos que demuestren el daño material ocasionado
Prueba del daño o perjuicio ocasionado
La persona perjudicada tiene la obligación de presentar pruebas específicas y documentadas que demuestren el alcance y la magnitud del daño económico sufrido. Estas pruebas pueden incluir, pero no se limitan a:
Facturas y recibos
Donde se detallan los gastos médicos, costes de reparación de bienes dañados, o cualquier otro desembolso económico derivado del hecho causante.
Informes médicos
Donde se especifican las lesiones sufridas, tratamientos médicos necesarios, y la valoración médica de las secuelas físicas o psicológicas.
Presupuestos de reparación
En caso de daño material, como vehículos, viviendas u otros bienes, es fundamental presentar presupuestos detallados de los costes estimados para la reparación o reposición de los mismos.
Informes periciales
Los encargados de emitir estos informes son los expertos en diversas áreas (como ingenieros, arquitectos, contadores) que respalden la cuantificación económica del daño emergente.
Otros documentos relevantes
A través de estos documentos se busca demostrar la relación contractual afectada. Pueden presentarse documentos como contratos incumplidos, evidencia de ingresos perdidos debido a la incapacidad temporal o permanente, entre otros.
Proceso de reclamación y compensación
Para iniciar el proceso de reclamación y compensación por daño emergente debemos transitar una serie de etapas tanto extrajudiciales como judiciales:
Reclamación extrajudicial
La primera fase de la reclamación por daño emergente suele ser extrajudicial, es decir, sin la intervención directa de un tribunal. Durante esta etapa, el objetivo es llegar a un acuerdo amistoso entre las partes involucradas para compensar el perjuicio sufrido. Estos son los pasos y consideraciones más relevantes:
Informe pericial detallado
Es fundamental contar con un informe pericial elaborado por expertos en la materia pertinente (médicos, ingenieros, contadores, etc.). Este informe debe documentar de manera clara y objetiva el origen del daño, establecer el nexo causal entre el hecho causante y el perjuicio sufrido, y valorar económicamente los daños emergentes. Este informe será crucial tanto en la fase extrajudicial como judicial, ya que proporciona la base técnica y profesional para la reclamación.
Negociación y comunicación
La parte perjudicada, asistida por su abogado en caso de ser necesario, envía una reclamación detallada a la parte responsable del daño (por ejemplo, a través de una aseguradora en casos de accidentes de tráfico). En esta comunicación se detallan los hechos, el daño emergente reclamado y las pruebas que respaldan la reclamación. La negociación puede incluir la presentación de contraofertas y la discusión sobre la cuantificación del daño.
Acuerdo extrajudicial
Si las partes llegan a un acuerdo satisfactorio, se formaliza un acuerdo por escrito que establece la compensación acordada y los términos de pago. Este acuerdo puede incluir el compromiso de ambas partes de no continuar con acciones legales posteriores relacionadas con el mismo incidente.
Procedimientos judiciales
¿Qué sucede si no se logra un acuerdo extrajudicial satisfactorio o si la parte responsable niega su responsabilidad o la magnitud del daño? Entonces, el siguiente paso es recurrir a la vía judicial para buscar una compensación justa:
1. Interposición de la demanda
Con un abogado como representante, la parte perjudicada presenta una demanda ante el tribunal competente. La demanda debe incluir todos los elementos probatorios necesarios, como el informe pericial detallado, testimonios, documentos médicos, facturas, y cualquier otra evidencia relevante que demuestre la existencia del daño, el nexo causal y la cuantificación del daño emergente.
2. Desarrollo del proceso judicial
Durante el proceso judicial, ambas partes presentan sus argumentos y pruebas ante el tribunal. Pueden realizarse audiencias, peritajes adicionales si es necesario, y se puede citar a las partes a comparecer para prestar testimonio. Luego, el tribunal evaluará toda la evidencia presentada y decidirá sobre la responsabilidad y la compensación económica que corresponda al perjudicado.
3. Sentencia judicial
Una vez finalizado el proceso judicial, el tribunal emitirá una sentencia que establecerá si la parte demandada es responsable del daño y la cantidad de compensación que debe pagar al perjudicado. La sentencia puede ser apelada si alguna de las partes considera que no se resolvieron de manera adecuada los aspectos del caso.
Al servicio de la tranquilidad de nuestros clientes
Sea la situación que sea, no cabe duda que como individuos enfrentar el daño emergente conlleva la necesidad de comprender sus implicaciones legales y económicas. Debemos actuar con rapidez y contar con la ayuda de los profesionales adecuados.
Ambler nació en 1991 y desde entonces, como correduría de seguros, estamos comprometidos con nuestros clientes para brindarles el asesoramiento legal necesario para protegerles ante las aseguradoras. Nos centramos en encontrar la solución correcta para cada cliente. Si deseas conocer más sobre nuestros servicios, ponte en contacto con nosotros para que podamos ayudarte.